¿Alguna vez has imaginado una África donde ningún africano sea considerado extranjero en ninguna parte del continente? ¿Y si todo africano pudiera viajar de Lagos a Addis Abeba, de Namibia a Abuja sin necesidad de visa? ¿Y si todos los africanos tuvieran derecho a ser ciudadanos de cualquier país de África al que vayan? Esto no es solo una opción, es un llamado a la acción: una África sin visas.
El continente africano sigue atado y no podrá prosperar en todo su potencial si continúa aferrándose a la política capitalista y colonial de restricciones de visa para los ciudadanos africanos. Es una costumbre inhumana prestada, no una tradición ni una cultura africana, considerar a otros africanos como visitantes o extranjeros en su propia tierra. ¿Has visto alguna vez a norteafricanos venir a África y decir con toda confianza que están visitando África? Entonces surge la pregunta: ¿acaso no eres africano? ¿No es el norte de África también África? Suena gracioso, pero lamentablemente llegan incluso a decir: “¿Es así como ustedes, los africanos, hacen esto o aquello?”. Estas son algunas de las reacciones provocadas por la influencia del sistema colonial. Una de las maneras de empezar a corregir esto es que África comience gradualmente a considerar la iniciativa de libre visado, a pesar de los retos de inseguridad, terrorismo transfronterizo y tráfico de armas en el continente. Un marroquí es africano, al igual que un tunecino o un etíope. Con una África sin visas, los africanos se sentirán orgullosos de llamarse africanos y no discriminarán unos contra otros.
África ha sido durante mucho tiempo un continente dividido, no por la cultura o la política, sino por barreras artificiales impuestas por la aniquilación y la influencia coloniales. Hoy, estas fronteras siguen reforzadas por políticas que esclavizan a los africanos y tratan a otros africanos como extraños, bajo la condición de persona non grata. Mientras la política de visados Schengen de la Unión Europea —y las potencias— avanzan hacia la integración, con moneda única, fronteras abiertas y mercados unificados, África restringe el movimiento de su propia gente. Esto debe cambiar.
Una África sin visas es más que una política: es un movimiento poscrecimiento hacia el poder económico, la fortaleza política y el florecimiento social. Si los africanos pudieran desplazarse libremente a través de las fronteras, comerciarían más, aprenderían más, invertirían más en África e innovarían de manera más inteligente para alcanzar los objetivos de desarrollo y crecimiento. El Área Continental Africana de Libre Comercio (AfCFTA) solo alcanzará todo su potencial cuando las personas puedan moverse tan libremente como los bienes y servicios dentro del continente.
Económicamente, la eliminación de las restricciones de visado impulsaría y revitalizaría el comercio y los negocios regionales. Empoderaría a pequeños empresarios, comerciantes transfronterizos, innovadores tecnológicos y startups juveniles para expandirse sin limitaciones burocráticas. El turismo crecería y florecería enormemente, y los países se beneficiarían de inversiones compartidas, intercambio de mano de obra cualificada y colaboración en infraestructuras.
Continuará (Parte 2…)