Primero, llegué a África a través de la música. Con apenas 19 años, vi a Bob Geldof y el festival Live Aid. Poco después, devoré cada surco del álbum Graceland de Paul Simon y supe de la Sudáfrica de Mandela en prisión. Caí rendido ante artistas como maliense albino Salif Keita, la sudafricana Miriam Makeba, la dama de los pies descalzos Cesaria Evora, el guineano del Yeke Yeke Mory Kanté, o el también empresario y político senegalés rey del mbalax Yossou NDour. En 2001 mi vida dio un vuelco. Llegaban a Canarias frágiles barcas de madera llenas de mujeres, hombres,…
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martes, 20 mayo