Sergio Hanquet

Si tuviera que regresar al continente africano por primera vez, no lo dudaría: optaría por Gambia. Un país cercano, alegre, firmemente anclado en sus costumbres y lo suficientemente extenso como para explorar durante varios días. El río, que da nombre al país, simboliza todo: una fuente de alimento para la pesca, el lugar de encuentro comunitario para las labores del hogar, los juegos de atardecer para los pequeños y unos asombrosos parajes naturales que acogen una gran diversidad de fauna silvestre. En Gambia no hay valles ni montañas; todo es llanura, donde únicamente las copas de los baobabs, considerados árboles…

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