
China ha eliminado los aranceles a casi el 98 % de los productos provenientes de 53 países africanos, en un movimiento que refuerza su influencia comercial en el continente. La medida, anunciada en el marco de una cumbre en Changsha, forma parte de una estrategia más amplia para estrechar la cooperación económica con África y apoyar a sus naciones menos desarrolladas.
El acuerdo excluye únicamente a Eswatini, el único país africano que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán en lugar de con Pekín. Esta exclusión no es casual: China exige el reconocimiento de su soberanía sobre la isla para acceder a sus beneficios comerciales, y utiliza esta política como herramienta de presión internacional.
Más allá del gesto diplomático, el objetivo declarado por Pekín es ayudar a corregir el enorme desequilibrio comercial existente. En 2024, China exportó bienes por más de 62.000 millones de dólares a África, pero importó una cifra muy inferior. La supresión de aranceles pretende incentivar las ventas africanas y abrir espacio a nuevos sectores, como el textil o los productos agrícolas.
Además, esta decisión llega en un contexto de tensiones globales. China y varios países africanos han pedido recientemente a Estados Unidos que evite barreras unilaterales, después del aumento de aranceles norteamericanos a productos chinos. Pekín busca así consolidar su posición como socio preferente del sur global, mientras diversifica sus vínculos comerciales ante los desafíos geopolíticos.
La medida también refuerza el mensaje de que China quiere ser vista como una potencia aliada del desarrollo, no solo como un inversor. En paralelo, se ha comprometido a ofrecer formación, financiación y herramientas para facilitar la integración africana en el comercio internacional.
Fuente: reuter.com; @authentic_african | 18-06-2025