
Las remesas enviadas por la diáspora africana alcanzaron en 2024 una cifra histórica: 100.000 millones de dólares. Este volumen representa ya el 6 % del PIB continental, consolidando a los africanos en el exterior como actores clave del desarrollo económico del continente.
Egipto encabezó la recepción de fondos, con 22.700 millones de dólares. Le siguen Nigeria (19.800 millones), Marruecos (12.000 millones), Kenia (4.800 millones) y Ghana (4.600 millones), según datos recogidos por World Visualized y diversas fuentes económicas africanas.
Estos flujos, a diferencia de la ayuda internacional o la inversión extranjera, llegan directamente a los hogares. Se destinan principalmente a gastos esenciales como educación, sanidad y apoyo a pequeños negocios, reforzando la economía real sin intermediarios.
El crecimiento de las remesas en la última década ha sido del 57 %, mientras que la inversión extranjera directa cayó un 41 % en el mismo periodo. Esta divergencia subraya el papel creciente de las comunidades africanas en el exterior como sostén financiero estable y continuo.
Analistas destacan que estas transferencias no solo alivian la pobreza, sino que también generan autonomía económica y resiliencia frente a crisis globales. África mira ahora a su diáspora como una fuerza estructural de transformación.
Fuente: afridigest.com; africa.businessinsider.com; @authentic_african