
El presidente interino de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, ha iniciado la construcción de un embalse de gran envergadura sin recurrir a préstamos internacionales. Según informaciones difundidas en redes sociales, la obra estaría financiada únicamente con recursos públicos, rechazando créditos de organismos como el FMI o el Banco Mundial. El proyecto, con un avance estimado del 61 %, se prevé concluir en agosto de 2025.
No obstante, el discurso oficial sobre una nación “sin deuda” ha sido cuestionado. Un informe reciente desmiente que Burkina Faso haya saldado su deuda externa, que supera los 5.000 millones de dólares, incluidos atrasos con el FMI. Además, no existen indicios de que el país haya rechazado por completo financiamiento externo de entidades internacionales.
A pesar de estas dudas, el embalse representa una apuesta evidente por la autosuficiencia. El gobierno defiende que con esta infraestructura se busca diversificar la economía, impulsar la agricultura y reducir la dependencia de ayuda exterior. Además, la iniciativa encaja en una estrategia más amplia de mayor control estatal sobre sectores clave como la minería de oro .
El proyecto ha suscitado interés más allá de las fronteras nacionales. Para algunos analistas, la construcción sin préstamos marca un precedente para otros países africanos. Sin embargo, la viabilidad del modelo depende de que Burkina Faso pueda mantener la financiación pública y gestionar eficazmente sus recursos sin recurrir a nuevas deudas.
Fuentes: reuters.com; voanews.com; instagram.com