
En las calles de Freetown ha surgido una iniciativa que combina diseño de interiores y reconstrucción social. Se trata del proyecto impulsado por la Naomi Kay Foundation, que en seis años ha pasado de la asistencia puntual a un modelo de formación laboral con impacto duradero.
La organización, nacida tras la devastadora epidemia de ébola, centra sus esfuerzos en adolescentes y jóvenes que perdieron a sus familias durante la crisis sanitaria. Su propuesta es ofrecerles una salida profesional a través del aprendizaje en la fabricación de mobiliario de alta gama y la gestión de pequeños negocios.
Este enfoque permite que las beneficiarias adquieran independencia económica y, al mismo tiempo, contribuyan al desarrollo de sus comunidades. Parte de los ingresos del negocio se reinvierte en becas escolares y programas de apoyo psicológico.
El taller no solo produce piezas exclusivas de madera local, sino que busca redefinir el concepto de ayuda humanitaria en Sierra Leona: menos dependencia de donaciones y más apuesta por la autosuficiencia.
Para sus responsables, educar y capacitar a una joven significa impulsar cambios estructurales en el país. “Cuando una chica tiene recursos, toda su familia y su entorno mejoran”, señalan desde la fundación.
El modelo se perfila ya como referente de innovación social en África Occidental, donde los retos poscrisis sanitaria siguen marcando la vida diaria de miles de familias.
Fuente: salonemessengers.com