
Amnistía Internacional ha instado a Alemania a asumir sin reservas su responsabilidad legal por el genocidio cometido hace más de un siglo contra los pueblos ovaherero y nama, y a reparar a sus descendientes mediante un proceso justo y participativo. La organización denuncia que, pese al reconocimiento histórico del crimen, Berlín sigue evitando las obligaciones jurídicas que impone el derecho internacional.
Entre 1904 y 1908, las tropas coloniales alemanas exterminaron a decenas de miles de personas en la actual Namibia. Fue una campaña de aniquilación planificada: ejecuciones, deportaciones, trabajo forzado y campos de concentración que marcaron el inicio del genocidio en el siglo XX. Aquellas heridas, lejos de cerrarse, continúan abiertas en las comunidades que heredaron la pérdida de tierras, cultura y derechos.
En 2021, Alemania y Namibia firmaron un acuerdo por el que Berlín se comprometía a destinar 1.100 millones de euros a proyectos de desarrollo durante tres décadas. Sin embargo, las comunidades ovaherero y nama no reconocen ese pacto como un acto de reparación. Lo consideran una transacción desigual, impuesta desde arriba, que perpetúa la relación de poder entre la antigua potencia colonial y su excolonia.
Los representantes tradicionales de ambos pueblos denuncian además haber sido excluidos de las negociaciones, lo que a su juicio vacía de legitimidad cualquier intento de reconciliación. Reclaman la restitución de tierras, la devolución de restos humanos y objetos sagrados aún conservados en museos europeos, y la preservación de los lugares donde sus antepasados fueron enterrados.
Amnistía sostiene que la reparación no puede reducirse a ayuda económica condicionada. Exige medidas de restitución, reconocimiento y garantías de no repetición. Su director regional para África Austral, Tigere Chagutah, subraya que no habrá justicia auténtica mientras las víctimas sigan siendo espectadoras del proceso.
Más de cien años después de las órdenes de exterminio dictadas por el general Lothar von Trotha, el eco de aquellas atrocidades resuena en Namibia. Para los descendientes de los ovaherero y nama, la lucha por justicia no es solo un reclamo histórico, sino una afirmación de dignidad frente a un pasado que Alemania aún no ha reparado plenamente.
Fuente: amnesty.org; namibian.com.na; euronews.com