
Bajo un cielo despejado tras días de lluvias, miles de personas del pueblo Oromo se reunieron en la plaza Meskel para celebrar Irreecha, su tradicional festividad de gratitud al finalizar la estación lluviosa. Los asistentes vistieron atuendos típicos, principalmente tejidos blancos decorados con símbolos ancestrales, creando una atmósfera de comunión con la naturaleza.
El acto comenzó al amanecer, cuando líderes culturales realizaron rituales de purificación con agua y flores cerca del río, dando paso a cantos y movimientos coordinados en grupo. Los versos evocaron historias de cosechas prosperas y plegarias por lluvias suaves, uniendo generaciones en un mismo canto.
Aunque el evento históricamente ha sido local, esta edición cobró relevancia nacional al movilizar a Oromos residentes en la capital, así como a visitantes de regiones remotas. Pronunciamientos públicos reiteraron el compromiso con la preservación identitaria del pueblo Oromo, así como un llamado a fortalecer la convivencia entre comunidades distintas.
El protocolo de seguridad fue reforzado: se establecieron puntos de control en los accesos principales, se desplegaron agentes para el orden público, y se coordinaron esfuerzos sanitarios para atender emergencias y evitar aglomeraciones peligrosas. Gracias a esas medidas, no se reportaron incidentes de gravedad.
Para los participantes, Irreecha no solo significa el fin del ciclo lluvioso, sino también la renovación simbólica: es momento de agradecer, mirar hacia adelante y afirmar sus raíces culturales. Algunos padres expresaron su emoción de poder compartir el festival con sus hijos, enseñándoles los antiguos rituales que conectan al Oromo con su tierra y su historia.
Fuente: visitethiopia.travel; apnews.com