
En diversas comunidades rurales sin acceso estable a agua potable, una solución ingeniosa está comenzando a transformar la vida cotidiana: las llamadas Warka Towers. Estas estructuras, inspiradas en técnicas ancestrales y adaptadas con principios de biomimética, capturan la humedad presente en el aire —niebla, rocío y lluvia— y la condensan en forma de agua utilizable. Su diseño, basado en el uso de materiales locales como bambú, mimbre y hojas de palma, permite su construcción sin depender de electricidad ni de costosa tecnología industrial.
Cada torre es capaz de recolectar entre 40 y 100 litros de agua al día, dependiendo de las condiciones climáticas, lo que supone una ayuda vital en regiones donde las fuentes tradicionales de agua escasean o están contaminadas. Además, su mantenimiento sencillo y su bajo coste favorecen que puedan ser replicadas en numerosos puntos del planeta, desde Camerún hasta otros rincones de África, Asia o América Latina, donde los problemas de acceso hídrico son críticos. Algunos expertos recuerdan que sistemas similares de captura de niebla ya fueron experimentados en Perú y Chile hace décadas, aunque el modelo actual ha optimizado su eficiencia y adaptación local. También en Islas Canarias se ha experimentado con estas técnicas.
En redes sociales, la iniciativa ha generado un debate intenso. Mientras muchos usuarios celebran el ingenio de la solución —“Ingeniería pura”, “Bonito y le da caché chic natural”, escriben algunos—, otros subrayan que debería combinarse con políticas de reforestación y conservación de suelos para lograr un impacto sostenible a largo plazo. “Los bosques son clave en la generación de humedad y lluvias”, apunta un internauta. La propuesta de extender el uso de estas torres a escala global gana cada día más apoyos en un mundo cada vez más afectado por el estrés hídrico.
Fuente: warkawater.org, dw.com, nieblagua.com