
En el corazón de Uganda, un grupo de niños ha convertido el baile en un lenguaje de resiliencia y futuro. Son los Masaka Kids Africana, una comunidad que nació en 2013 con un objetivo claro: dar hogar y oportunidades a menores huérfanos o en situación de vulnerabilidad.
Lo que comenzó como un refugio para garantizar techo, comida y seguridad, pronto se transformó en un espacio creativo donde la música y la danza son herramientas de autoestima y unión. Cada coreografía no solo transmite alegría, también cuenta una historia de superación compartida.
Los integrantes reciben formación escolar y acompañamiento personal, con la idea de que algún día asuman un papel de liderazgo en sus comunidades. La disciplina del ensayo se combina con clases y proyectos que fomentan la autosuficiencia, desde la agricultura local hasta talleres de salud básica.
El colectivo ha logrado conectar con públicos de todo el mundo a través de sus actuaciones en plataformas digitales. Su estilo vibrante y la energía de los niños han convertido sus vídeos en virales, atrayendo la atención de artistas internacionales y generando colaboraciones que multiplican su visibilidad.
Más allá del escenario, el proyecto mantiene una misión social: garantizar que ningún niño vuelva a sentirse abandonado. Por eso impulsan iniciativas que van desde programas educativos hasta el fortalecimiento del tejido comunitario en la región de Masaka.
La historia de Masaka Kids Africana es la de una familia ampliada que demuestra que la cultura también puede ser refugio, motor de cambio y puente hacia un mañana con esperanza.
Fuente: masakakidsafricana.org