
La cuenta @africa.explores en Instagram ha publicado propuestas y fotografías de lugares de ensueño en el continente, significando que África no es solo safaris y playas. Una llamada de atención para viajeros que busquen espacios abiertos, silencio y naturaleza en estado puro. Son destino de viaje menos conocidos.
En pleno corazón del Sahara argelino, el Tassili n’Ajjer ofrece un escenario increíble: un vasto altiplano de rocas esculpidas, cañones y arte rupestre milenario fruto de civilizaciones pasadas, como atestiguan sus cuevas y pinturas prehistóricas.
Al norte, en Etiopía, la Depresión de Danakil (Dallol), uno de los lugares más inhóspitos y calientes del planeta, despliega lagos sulfúricos de vivos colores, fumarolas y salares que dan una sensación de estar en un mundo desconocido. Estos paisajes volcánicos, casi irreales, ofrecen incontables sensaciones de aislamiento, silencio abrumador y deslumbrante belleza natural.
Explorar estos rincones remotos no es solo una escapada: es adentrarse en galaxias terrestres donde el tiempo parece detenerse, hablando con la historia geológica y cultural del planeta. Silencio profundo, horizontes infinitos, calor abrasador o gélidos amaneceres; cualquiera de estos destinos promete una experiencia única, un reencuentro con uno mismo y la naturaleza pura.
En el sur, Namibia concentra algunos de los escenarios más magistrales del continente: en el desierto del Namib, las dunas de Sossusvlei y Deadvlei se elevan hasta 300 m en dunas rojizas que contrastan con panales blanquecinos y troncos petrificados; un desierto silencioso y casi surrealista, habitado por especies adaptadas al rocío matinal. Más al oeste, la Costa de los Esqueletos combina imponentes dunas que se funden con el océano Atlántico y antiguos naufragios semienterrados, un paisaje fantasmagórico de remota belleza.
En el extremo noroeste, la región de Kaokoveld comparte imposición con tradiciones vivas de los Himba y cascadas en medio de la aridez, como las de Epupa, pintadas por baobabs y acacias a orillas del río Kunene. A sus pies, la fauna adaptada a la extrema aridez –como oryx, springbok o sorprendentes insectos capaces de capturar agua del rocío– añade un matiz de vida auténtica al paisaje desierto.
Fuente: @africa.explores | 11-06-2025