La visita del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa a la Casa Blanca ha provocado reacciones encontradas en su país. Mientras algunos sectores destacaron su serenidad frente al intento de Donald Trump de respaldar con imágenes manipuladas la teoría infundada de un “genocidio blanco” en Sudáfrica, otros se preguntaron por qué accedió a un encuentro que muchos califican como una emboscada diplomática. El despliegue de figuras como los golfistas Ernie Els y Retief Goosen, junto al magnate Johann Rupert, generó críticas por su simbolismo y falta de preparación previa, especialmente ante la sensibilidad del tema racial en el país.
Aunque el gobierno sudafricano intentó presentar la reunión como un avance en las relaciones bilaterales, el contenido y la escenografía del encuentro dejaron dudas sobre su utilidad. La difusión de imágenes falsas —incluso procedentes de conflictos en la República Democrática del Congo— y los comentarios de Trump, minimizando el crimen generalizado en Sudáfrica para centrarse exclusivamente en los agricultores blancos, reforzaron percepciones de parcialidad. En redes sociales, muchos ciudadanos ironizaron sobre el momento, mientras analistas políticos valoraron el autocontrol de Ramaphosa, aunque no ocultaron su escepticismo sobre los resultados concretos de la reunión.
Fuente: theguardian.com